domingo, 6 de enero de 2013

261. EL HOBBIT, SAMAGNA, CARVER Y NAVIDAD


Pasamos de nuevo la página. 

Y aquí tenéis un título complicado para entender ¿qué tienen que ver esas cuatro palabras? Os lo contaré por orden y ya veréis lo que os quiero decir esta semana.

Fui a ver EL HOBBIT. Lo me encanta de estas películas de Peter R. Jackson es, por un parte, cómo ubica caminando a los personajes, a veces corriendo y perseguidos, en unos panoramas impresionantes: páramos, montañas rocosas, desfiladeros... Pero también esa escogencia que hace de las palabras de Tolkien para las películas.

Cuando Ghandolf el Gris conversa con magos y hadas les dice: El mal se vence en las pequeñas cosas de cada día. Es como la paradoja de una película de grandes panoramas impresionantes batallas enemigos gigantes y guerreros enanos.

Eso me hizo pensar en SAMAGNA. Es una ONG dedicada al desarrollo de inspiración cristiana-agustiniana. Su lema es hacer pequeños servicios a las gentes pobres. Nunca construirán un hospital o un colegio. Lo que harán es recaudar fondos para una silla de ruedas, un tratamiento de papillas contra el hambre o dos becas para universitarios. Verdaderamente esa filosofía tiene que ver con el Evangelio de los pobres de Jesucristo. Ya veis PEQUEÑAS COSAS PARA VENCER EL MAL.

Un amiguete sacerdote de Tarragona me ha abierto la puerta al conocimiento de Raymond C. CARVER. Fue un poeta fenomenal de Estados Unidos que falleció en 1988. Una vida difícil, incluido el cáncer que lo venció. Opinaba que Los cuentos breves están más cerca de la poesía que de la novela ¡Ole! Y Algunos me han dicho que soy poeta de ocasión. Les diré que es mejor ser poeta de ocasión que no ser poeta”.

Carver escribe lo mínimo de cada día. Lo han encapsulado en realismo sucio, ¡Qué feo! porque más bien su cuentos describiendo cómo tropieza uno en el escalón de entrada a la casa es poesía junto al suelo.

¿Comprendéis porque esto son unas palabras sobre la Navidad?

Navidad es el triunfo de lo pequeño donde nadie lo ve ¿Qué pensarían aquellos pastores somnolientos frente al Niño del pesebre? Yo sí sé lo que me conmueve: ¡Bendito seas Jesús, el bebé que duerme en el pesebre, porque todas nuestras glorias han encontrado salvación en tu humildad y pobreza!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Jose Ramón, solamente decirte

¡¡¡GRACIAS!!! Gracias por tu mensaje pequeño y sencillo.

Un abrazo, Ricardo