Mis queridos amigos. Una primicia. En el
patio destartalado de la casa parroquial ha florecido el primer lirio del año
(15/01/13), ¡qué maravilla! La foto es como el bautizo.
Os contaré una anécdota. Hace años, quizá
hasta quince, estuve conviviendo durante tres años con un compañero, plenamente intelectual (perdonad la ironía) en un seminario, iniciando un proyecto hermoso de formación sacerdotal.
Resulta que estuvo un tiempo de profesor
de la universidad y vivía en una residencia universitaria para sacerdotes. Esa residencia tenía
como rector un sacerdote, muy inteligente y sensible. Amigo de
aquel y más de las palabras (Aunque a mi entender habría que llamarle panadero
de las palabras). O sea, poeta. Y de los buenos. Se llama Antonio, el susodicho
rector.
Los rectores en la institución a la que
pertenezco (la Hermandad de Sacerdotes Operarios Diocesanos), tienen el deber de
ir escribiendo un diario sobre todas las cosas significativas que van ocurriendo
día a día. En ese sentido el archivo de la Hermandad guarda verdaderos tesoros
en cuanto a épocas y a personas.
El amigo compañero-catedrático me contaba
no sin bastante ironía que el amigo Antonio, poeta-rector y muy amigo del catedrático, un buen día había apuntado en aquel diario serísimo y secreto: HOY HA
FLORECIDO LA PRIMERA ROSA DE ESTA PRIMAVERA. Y nada más.
Al compañero intelectual esto no le parecía
del todo serio. Dando a entender que hay muchas más cosas importantes para apuntar en un diario histórico que aquello de la primera rosa de la primavera.
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