Esta carta
de san José la hemos recibido en el programa de RTVD de Toledo y hoy la transcribo
para todos vosotros.
Queridos amigos de la ASAMBLEA DE LA CARPINTERÍA.
Os escribo para contaros lo que pasó con la cuna.
La semana atrás, llegó uno de los soldados romanos
y en la plaza de Nazaret nos dijo que el César había decretado hacer un censo
general del Imperio y que, según nuestras costumbres judías, cada quien tenía
que marchar al lugar de nacimiento para censarse...
No os puedo ocultar que me enfadé. María a punto de
dar a luz, la casita bien dispuesta y la cuna preparada... Después de aquellas
críticas que tuvimos que sobrellevar quería hacer una fiesta de amigos donde
todos nos diéramos la paz...
María siempre atenta al corazón de la gente y al mío
también, habló conmigo: ¡José cuando no
entiendas algo, guárdalo en tu corazón y con tu reflexión y con la luz de la
Palabra encontrarás la respuesta y si no la encuentras, encontrarás la paz y el
amor!
¡Qué maravilla es esta señora mía! Así las cosas, acepté
de buen grado el consejo de mi esposa y aunque soy reacio a los romanos, si lo
decía María, allá íbamos de cabeza. Porque el Señor me ha concedido ser
obediente.
Hemos preparado todo, el amigo Saúl me ha dejado el
borriquito que tiene para llevar a María. Ella ha preparado el bulto con los
pañales y alguna ropita para el niño, la abuela Ana le había hecho una
abriguito de lana que es una maravilla y su tía María la de Cleofás le ha
preparado una mantita de cordero que calienta muy bien.
Vamos a la aventura porque mi padre Jacob murió
hace ya tiempo en Belén. De mis hermanos sólo vive allí el que se quedó con la
carpintería de mi padre, los demás se fueron a la capital. Tengo también allí
un primo posadero que espero nos dé albergue. En fin. Ya os contaré.
La cuna no la puedo echar en el borriquillo que
bastante peso lleva.
Yo le digo a María que lo mismo nos da tiempo volver
a Nazaret para el parto. Pero ella dice que no, que se va a cumplir el tiempo
en Belén.
Y allá vamos ¿vendréis a Belén a ver al niño? Ya
sabéis que el Ángel me dijo que le ponga por nombre Jesús. Será un Jesusito precioso.
¡Que el Dios de las promesas os bendiga!
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