Un
catecúmeno es aquella persona adulta que inicia el camino que le llevará al
Bautismo. O sea, a ser cristiano.
Esta
semana pasada estuve en una reunión, en Guadalajara, con los compañeros y
compañeras delegados/as de la catequesis en nuestra provincia eclesiástica:
Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y Toledo.
Nos
estuvo acompañando Jaume Guardans, médico de profesión y Delegado del
Catecumenado de la diócesis de Tarrasa. Él nos explicó el camino del catecumenado:
sus etapas, su metodología, el sentido del acompañar... Pero, lo más
sobresaliente es que Jaume no nos dio explicaciones sino que nos contó historias,
experiencias de lo que él vive allá en su diócesis de 1.400.000 habitantes.
PENSAMIENTOS
Un
Catecúmeno japonés que se enamoró de una española, católica y catequista:
Me enamoré de una mujer.
Luego, me enamoré de su
alma
y quiero tener un alma como
la suya.
Los padrinos son los que conocen la vida
diaria del catecúmeno. Le acompañan en su vida diaria y lo representan ante la
comunidad.
La vida de fe consiste en salir de nuestras
urgencias y entrar en el tiempo de Dios.
La fe es una escalera sin rellanos.
El catequista no es una enciclopedia es
un testigo. Debe hablar desde su experiencia y no desde que lo que sabe.
Ante el Misterio algunas preguntas no
tienen respuesta.
Si no hay conversión y seguimiento no hay
discípulo.
El testigo no tiene horarios.
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