lunes, 6 de agosto de 2012

145. LOPE


Lope Rubio Parrado, es un buen amigo y como buen amigo referencia para muchas cosas de mi vida personal y de sacerdote. Como suele ocurrir muchas veces, no tiene fundamento la relación en una comunicación frecuente o prevista. No. Entre nosotros hay poca comunicación, acaso puntualmente una o dos veces al año. Pero eso sí, como dicen ahora, de calidad. En ocasiones son breves frases en medio de un barullo. Otras, unas frases concisas escritas en una tarjeta, raramente una larga conversación

Le envié el libro EL PATIO HABITADO y me ha respondido con unas palabras bien sentidas.

Lope a sus 77 años, ya ha celebrado sus bodas de oro, marcha al seminario de La Habana como formador con un compañero joven Juan Manuel. El Señor lo ha ungido con una misma vocación y dos características: ser sacerdote operario diocesano para la formación de las vocaciones y para el buen gobierno de muchos de nosotros.

Lo conocí cuando era sacerdote joven, 28 años, y él era delegado del director general de la Hermandad para España. Él encauzó mi vida pastoral. Me ofreció formarme en la pastoral con jóvenes para a trabajar en el IVMA con Luís y Paco ¡cómo no! Así que estudié un curso completo, un máster, con los amigos escolapios en el ICCE de Madrid. Fue fenomenal.

Luego fue vivir en misionero con la maleta hecha siempre de aquí para allá y con sede en Salamanca y con viajes prolongados a latinoamérica, dos o tres meses algunos años, para la formación de agentes de pastoral vocacional. ¡Qué buen equipo formábamos Luís, +Javier Calvo, +Isaac Gallego y un servidor! Luego se fueron uniendo Vicente Hernández y Julio García Velasco.

Comprometido con la pastoral de las vocaciones y siendo director general promovió la creación de Institutos de Pastoral Vocacional (IPV) en latinoamérica. Con Vicente Zueco, que ha fallecido hace unas semanas, creamos el IPV de Buenos Aires que continúa boyante y ha colaborado en la formación de miles de agentes de pastoral vocacional en Argentina y en toda latinoamérica. Luego vino el nacimiento de los IPVs en México y Washington y.. en Caracas. Allí me envió en el año 1988 para la creación de este IPV y allí lo formé, lo desarrollé y lo dejé con colaboradores y con buena salud en el año 1996.

Después de esa etapa de movimiento continuo entré en una etapa de quietud continua. Pasé a México y luego aquí en España.

Lope conoce las heridas de mi intimidad y no le tengo miedo porque sé que me respeta desde la sabiduría y la oración. En alguna ocasión se ha equivocado, pero los amigos no son Dios.

Hoy como veis le hago un pequeño homenaje a este cura valiente y claro, con esa claridad de las tierras altas de Zamora, que emprende una nueva ruta en Cuba para la formación de los futuros sacerdotes

Por último, si queréis conocer mejor a este cura valiente, acaba de escribir un libro junto con Luis Rubio sobre san Juan de Ávila, ENTRE TODOS, JUAN DE ÁVILA, Ed. Sígueme, Salamanca, 2012, con motivo de la próxima declaración de Doctor de la Iglesia Universal el próximo 7 de Octubre. ¡Que Dios y la Virgen me lo bendigan!

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