Desde el 21 de abril no he escrito nada en el diario. Han sido días intensos por muchas razones. Lo normal ha sido el aumento de actividades en las distintas áreas de trabajo, sobre todo, en la parroquia.
Pero ha sido mucho más intensa la actividad interior. El lunes, 7 de mayo extirparon un cáncer a mi hermana. Todavía está en el hospital. Se recupera muy bien, con ánimo y ganas. Los demás a su lado dando y recibiendo cariño.
Ya os iré contando. Pero tenía previsto en mi cabecita hablaros de usos y costumbres vecinales. Ahí voy.
YOKESÉ
Es un bar para adolescentes y jóvenes de un pueblo cercano, Menasalbas. El nombre así escrito no se entiende bien; pero es una expresión frecuente de los adolescentes: ...Y yo que sé y es que ellos y ellas andan metidos en sus mundos y el mundo que les rodea pierde todo interés. A veces despiertan, pero muchas veces ante una pregunta del exterior responden con cierto enfado: ¡Y YO QUE SÉ!
La grafía del nombre del bar es un poema y desde luego sirve para caracterizar un época en la vida aunque, la verdad es que en una sociedad individualista el YOKESE se convierte en el tema más repetido.
LIBERTAD Y PRIOR
Son los nombres de dos calles de Los Yébenes. En la calle Libertad los coches aparcados siguen un orden cómodo para todos. Es calle de una dirección y de mucho trajín, o sea, tráfico. Pero los vecinos aceptan la norma municipal que consiste en que una quincena del mes los coches están alineados en la acera de los pares y la otra quincena en la acera de los impares. Todo un logro de consenso vecinal.
Antes está la calle Prior. Más ancha que la anterior vale para tres carriles de tráfico. Pero allí reina el individualismo hispano, cada quien aparca el coche donde le parece así que en esa calle más ancha hay que pasar despacio haciendo vericuetos entre los coches aparcados a derecha y a izquierda y los que van en dos direcciones. No sé donde estará la causa de esta falta de acuerdo, pero se echa en falta.
SÁBADO MERCADILLO
Los sábados hay mercadillo en Pulgar, los puestos se colocan en la calle Fuentecilla que es un paseo hermoso sobre uno de los arroyos del pueblo. Por cierto, todos los sábados viene un quesero-choricero de Yébenes con su puesto. Esa mañana la gente va y viene, mucha, por la calle donde vivo. Generalmente hablan a voces así que los vecinos nos enteramos de las últimas noticias. La enfermedad de la abuela; los días de hospital del muchacho; los días que le quedan a la joven esposa para el parto; la camioneta que se ha comprado el fontanero; los bebés que pasan, a los que cada quien les hace su cariño... Una maravilla. En los pueblos todavía se habla a voces en las calles.
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