METRO
Con alguna frecuencia voy
a Madrid. El medio de transporte más eficaz en mi caso, es el metro. Cuando entras o sales por las
puertas abatibles que dan a las escaleras de salida la mayoría de la gente
espera al que sigue para entregársela semiabierta. A veces se intercambia un, ¡Gracias! otras veces, muchas, sin
palabras.
El otro día fue algo
distinto. Sostuve la puerta hasta que la siguiente persona llegara. Nada, dos
segundos. Era una muchacha joven alrededor de los 18 años, quizá más joven. Al
dejarle la puerta me mandó una sonrisa preciosa. Ni una palabra, ¿para qué? ¡Que
manera de agradecer!
PAREJA
Estaba comiendo en un
restaurante que dedica el 0,7 % de sus ingresos a la educación en el mundo
pobre. Frente a mi mesa la de una pareja más o menos de mi edad. El caballero pidió
mousse de limón y ella un café. A
media taza del mousse la dama se atrevió
con la cucharilla de café a entrar en juego y paladeó una pizca de aquel
postre. Cuando estaba terminando el caballero, al pedírselo aquella mujer, le
entregó el cuenco y ella, lo rebañó con fruición. Pero todo esto que os cuento,
a lo normal, sin ningún aspaviento o trompetería
¿Cuántas veces lo habrán hecho en su vida? ¡Qué maravilla!
GRAFITTI
En uno de esos inmensos
cartelones de la publicidad del metro alguien escribió con tinta azul oscura
¿LA LLUVIA ES GRATIS?
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