El sacerdote
Antonio Romo Pedraz, de 75 años, fue distinguido ayer con el Premio Castilla y
León de Valores Humanos, fallado en Valladolid por la obra social y solidaria
que ha desempeñado durante tres décadas en un barrio de Salamanca: simplemente he cumplido con mi deber,
dijo a Efe.
He ido cumpliendo con mi deber, consecuente con la
vocación a la que me he enfrentado. Es una cosa muy sencilla que hace mucha
gente en Castilla y León, explicó Romo, natural de
Aldealengua (Salamanca) y que desde hace treinta años desempeña su ministerio
en la parroquia de la Santa María de la Asunción, en el barrio de Puente
Ladrillo. En esta barriada periférica, de tradición obrera vinculada a los
talleres ferroviarios de Salamanca -situada entre el municipio de Cabrerizos y
el Alto del Rollo-, ha dedicado su vida a
los más desfavorecidos, logrando dar respuesta a aquellos problemas que han ido
surgiendo paralelamente a la evolución de la sociedad contemporánea.
Así consta en el
fallo del jurado, reunido ayer al mediodía en Valladolid y del que, además del
secretario de la Fundación Hombres Nuevos, formaron parte María Purificación
Ruiz, embajadora de Investigación contra el Cáncer en Castilla y León; Nicolás
Patino, presidente de la Hermandad de Donantes de Sangre de Valladolid; y Rufo
Sanz, máximo responsable del Banco de Alimentos en Segovia.
Los verdaderos protagonistas de esa obra han sido
los propios vecinos a través de un proyecto social que ellos mismos emprendieron, construyeron
y por el que lucharon desde 1964 con el apoyo del sacerdote Heliodoro
Morales, un gran luchador ya
fallecido, para la incorporación de mejoras como el asfaltado, alcantarillado y
alumbrado público. La base de todo ello, la ilusión y solidaridad ya estaban allí, en las propias personas,
nosotros nos limitamos ayudar, animarlos y acompañarlos un poco: a pesar de las
dificultades, es algo muy sencillo, añadió.
La solidaridad,
continuó este cura secular, como así
se definió, es algo que llevamos dentro,
en un momento dado te brota del corazón y, cuando realmente la vives y te lo
crees, misteriosamente se contagia.
Antonio Romo,
muy agradecido por este galardón, no se plantea la jubilación a sus 75 años de
edad. Que se lo pregunten a Santa Teresa,
que no tuvo jubilación y fue feliz hasta el final. Hay mucho trabajo todavía
por hacer. Es algo que ni siquiera me planteo, razonó con humor.
Este
galardón es una de las nueve modalidades de los Premios Castilla y León, sin
dotación económica y consistentes cada uno de ellos en una medalla y diploma
acreditativos que recibirán sus ganadores en una fecha próxima el 23 de abril
de este año, dentro de los actos institucionales del Día de Castilla y León.
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