Así
descubrí el haiku. Fui en diciembre a Cardeña. Al llegar a La Pedriza los picos
aserrados oscuros entre la nieve y la niebla me dejaron extasiado. Pero no
podía construir un poema de memoria, como otras veces, porque la mente estaba
acorchada y la memoria muy estrecha, por el cansancio. Quizá la mente estaba
cansada para las emociones pero no para la observación. Así resolví, en esas
decisiones que no se preparan con reflexión, alojar los versos que me venían,
en el hueco de la mano, para después escribirlos. Y así retuve:
Niebla y nieve.
Oración y alegría.
Este
verso venía conmigo desde que hice oración en la mañana y la lectura unía esas
dos dimensiones.
Cuando
escribí los versos añadí dos más porque me parecía poco para un poema. Uno que
me salió sin voluntad. Me parecía del genero surealista, y cruzando las
palabras me daban un gusto muy intenso. Por ejemplo: Nieve, alegría y tango.
Y
lo primero que entendí es que estos versos sin verbos invitaban a la
contemplación y no a la acción.
Mandé
los versos a un buen amigo. El me respondió citando los tres primeros versos,
pero no el cuarto que había añadido como para redondear.
Así
quedó el poema:
Niebla y nieve.
Oración y Alegría.
Tambor y tango.
Después
cuando comencé a mandar estos versos alguien me dijo (pero ¿quién fue?) Estos versos preciosos parecen haiku
japonés. Entendí lo que quería decir pero no busqué más.
He
llegado a estas montañas hermosas y en la mesa he encontrado un libro de versos
haiku de un artista vidriero portoriqueño: Eddie Ferraioli.
Me
he informado en internet y aquí están las características de haiku:
Naturaleza, tal como la
observa el poeta sin interpretar con emociones.
Brevedad, para retener en
la memoria y saborear durante el tiempo que dura el haiku.
Concisión con dos
intenciones: no suplantar la naturaleza y abrir las ventanas del lector para
que contemple.
El
poema haiku tiene un kigo. Una
referencia explícita a la naturaleza o a una imagen o a un sentimiento. Es algo
así como la clave del haiku. El poema consta de tres versos de cinco, siete y
cinco sílabas sin rima.
Aquí
otro haiku (imperfecto) antes de leer y escribir todo esto:
Humo
vertical.
Torrente
embebido
bajo
las breñas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario