Cardeña existe en el diccionario de la RAE pero nada que ver con cardo, a
no ser que cuando un cardo arde su pavesa bien pueda llamarse cardeña.
El caso es que Cardeña viene de cardo en la tierra de Burgos. San Pedro de
Cardeña es un monasterio del Cister que tiene en su escudo tres cardos
entrelazados con las llaves de san Pedro. En castellano existen también otras
palabras parecidas: cardeñosa, cardeñoso… y tienen su raíz en la palabra
cárdeno que sí tiene que ver con la pavesa de un fuego o cardeñosa.
Bueno, disculpad esa introducción, es que me gustan mucho las palabras.
El caso es que he encontrado un rincón en el mapa que hace sentir la mente
y el corazón descansado.
Ya sabéis de mi afición a los monasterios. Un día os contaré cómo comenzó
esta afición (podéis ver la etiqueta monasterios
de este blog).
El caso es que un amigo me recomendó este monasterio burgalés del cister.
Os diré que sintonizo con la austeridad. O sea, no pasarse de lo necesario.
Os pondré un ejemplo. En la Iglesia,
gótico-cisterciense, las paredes están desnudas, son de piedra caliza de un
tono gris blanco. Las columnas son de piedra blanca y destacan en el conjunto. En el ábside se abren cinco
ventanales en los cinco lados del mismo. Así que el conjunto es por demás
luminoso. Luz, piedra blanca y poco más. Existe una capilla barroca con los
túmulos del Cid y su esposa que queda un poco encogida en el conjunto, y hay
algunas imágenes en las paredes laterales.
El frente del ábside lo compone un Cristo-Sacerdote en la cruz, románico,
muy hermoso y tres tallas espléndidas: en el centro arriba, la Asunción
(invocación a la Virgen María del cister) a un lado san Benito y al otro san
Bernardo, sin retablos, claro está.
Pero la construcción se corresponde con el estilo de vida. El ritual de las
horas de oración es por demás sencillo y las rúbricas son mínimas. Es decir,
que uno se siente a gusto y va a lo fundamental.
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